RABINO MOSHÉ LEVKOVITZ
Hace algunos años escuché del Rabino Katzin una de las mejores enseñanzas para nuestra vida.
Si en medio de una obra teatral, sube al escenario un gato y con paso lento y con los ojos llenos de miedo, cruza el escenario de punta a punta, seguro que el público se olvidará en ese momento de la obra, de los actores, de la gran escenografía y pondrá toda su atención en el gato. Inclusive si estuviesen los mejores actores del mundo en ese momento en escena, el gato se llevaría la atención de todos. Y ¿por qué es así? Porque el gato representa en ese momento una escena verdadera, simple, que llega al corazón. Y esa misma sencillez e inocencia que llega al corazón, es lo que pide D’s de nosotros.
En la Guemará Yerushalmi está escrito:
“Cada generación que no haya construido nuevamente el Gran Santuario en sus días, es como si éste hubiera sido destruido en su época”.
Con estas palabras nuestros sabios nos quisieron trasmitir un mensaje espiritual muy profundo: Nuestro Beit Hamikdash se destruyó por los pecados cometidos por la generación judía de aquella época pero, no fue reconstruido en nuestra generación porque las mismas causas persisten y nuestra generación no se ha liberado aún de los mismos pecados.
Nuestros sabios nos enseñan en el Tratado de Yoma en la página 9 lo siguiente: En la época del Segundo Templo los judíos se ocupaban del estudio de la Torá y de cumplir con los preceptos, entonces, ¿por qué se destruyó también este Templo? Se destruyó por “Odio gratuito” entre las personas. ¿Y qué significa esto?
La Guemará nos enseña una norma muy importante para nuestra vida: “Así como los rostros de todos los seres humanos son distintos también sus ideas son diferentes” Cada hombre fue creado con un rostro y con una idea diferente y fue traído a este mundo para que sienta: “Para mí fue creado el Universo”. Y así cada persona tiene su función específica en este mundo para mejorarlo y cada mejora que cada persona hace es diferente a la que hace su semejante, así lo explica Rabi Moshé Jaim Luzzato.
Ahora bien, como sus rostros y sus ideas son diferentes las personas comienzan a dividirse entre ellos por su forma de pensar y en el momento en que algunos no aceptan que cada uno tenga su propia idea y que debemos respetar y aceptar la idea del otro, en ese instante comienza el odio gratuito entre las personas. ¿Y por qué gratuito? Porque realmente no hay razón para sentir odio por el otro, ya que en el mundo hay lugar para todas las ideas.
Nos dice el profeta Oshea: “Tomen con ustedes sus pertenencias y retornen a D’s” (Libro de Oshea Capítulo 14, versículo 3) El mes de Elul y los Diez días de arrepentimiento al principio del mes de Tishrei es cuando cada uno de nosotros debe preguntarse qué cosas trae para presentarse ante D’s. Qué cosas puedo mostrarle a D’s que hice, que mejoré, que aporté, que ayudé, que cambié; entonces puedo pedirle a D’s vida, salud, alegría, parnasá, familia!!
Todos conocen la frase “Árbol de vida es ella para todos los que a ella se aferran”, ¡qué hermoso y simple es el mensaje que hay en este versículo! es una enseñanza para nuestra vida: El árbol recibe agua y nos da frutos, aire y sombra; cuando el hombre toma lo que D’s le da y se brinda a los demás, y ayuda y le da su lugar a los demás, entonces tiene él también buena vida y es feliz.
Escribió el profeta Mijá: “Te diré lo que es bueno y lo que D’s exige de tí: que hagas justicia, que ames la misericordia y que camines con humildad junto a D´s”. (Libro Mijá Capítulo 6 versículo 8)
Estamos acercándonos al nuevo año, al año 5776, comprometámonos a escuchar a los demás, a pensar en el otro, a ayudar a los demás. A apoyar a aquellas comunidades que necesitan apoyo espiritual, a enviar parejas jóvenes por un año de shlijut a comunidades pequeñas que necesiten de sus servicios para fortalecerlas. Esto es lo que D’s pide de nosotros en estos momentos.
BIBRAJÁ
SHANÁ TOVÁ UMETUKÁ